Hacer más ejercicio físico,
perder peso, ahorrar, dejar de fumar de una vez por todas, mejorar las
relaciones interpersonales y dedicar más tiempo a nosotros mismos… Estos son
algunos de los propósitos más comunes para el año nuevo. De hecho, cuando un
año llega a su fin tenemos la sensación de que un ciclo se cierra y otro
comienza.
Por eso solemos hacer un
repaso de los objetivos que hemos logrado y nos planteamos nuevas metas para el
año próximo. Sin embargo, aunque los nuevos propósitos suelen estar llenos de
buenas intenciones, lo cierto es que muchas veces no llegamos a cumplirlos o
pronto volvemos a los hábitos de siempre. ¿Por qué?
Una meta, mil razones para no
alcanzarla
Un refrán popular afirma que
“entre el dicho y el hecho hay un buen trecho”, pero cuando nos planteamos los
propósitos de año nuevo solemos olvidarlo. Es decir, no tomamos en cuenta
nuestra disponibilidad real para poner en práctica el plan de acción que
ciertos objetivos demandan. De hecho, establecer objetivos poco realistas o
plantearse demasiadas metas son los principales motivos que dan al traste con
los propósitos de año nuevo.
En otros casos el problema radica en que los objetivos no son nuestros; o sea, se trata de metas que todo el mundo se pone pero que en realidad no tienen un gran significado para nosotros. El ejemplo más emblemático es cuando decidimos apuntarnos a un gimnasio porque todos a nuestro alrededor lo han hecho, pero en realidad esa actividad no nos resulta lo suficientemente interesante como para guiar nuestra conducta durante varios meses. Como resultado, después de las primeras semanas de entrenamiento, abandonamos el proyecto.
Otro de los motivos que nos frenan es el miedo al cambio. Toda meta implica, en cierta medida, una transformación que nos obliga a salir de nuestra zona de confort, a esforzarnos y cambiar algunos de nuestros hábitos. Sin embargo, a menudo la simple idea del cambio es suficiente para infundir temor, por eso muchas personas prefieren quedarse en su zona de confort y aplazan continuamente las tareas para un mañana que jamás llegará. Si eres de los que suelen procrastinar, recuerda que carecer de un plan detallado es la vía más segura para no lograr una meta.
Consejos para conseguir
nuestros objetivos este año
Si quieres lograr cambios en
tu vida, a la hora de fijar objetivos ten en cuenta las siguientes premisas:
1-Busca
lo que te motiva. No te preocupes por los objetivos que se han planteado las
personas que se encuentran a tu alrededor, pregúntate qué te motiva, qué te
gustaría hacer realmente, qué te apasiona. Así podrás estar seguro de que las
metas que te planteas representan verdaderamente algo importante para ti. Antes
de plantearte un objetivo, pregúntate siempre el por qué, la respuesta a esa
pregunta será la que te dará fuerzas para luchar por tu meta.
2-Sé
realista. Una vez que hayas encontrado las cosas que te motivan, valora cuáles
puedes llevar a cabo. Como todos tenemos limitaciones, estamos obligados a
priorizar. Analiza qué tareas puedes eliminar de tu rutina cotidiana para
dejarle paso a las nuevas actividades. Recuerda que casi siempre es mejor
apostar por pocas metas pero que sean alcanzables que plantearse muchos
objetivos que jamás alcanzaremos.
3-Aprende
a fijar objetivos. A menudo nos fijamos objetivos demasiado vagos, como perder
peso o mejorar la relación de pareja. Estos objetivos no se pueden medir por lo
que suele ser difícil llevarlos a la práctica y, sobre todo, saber cuándo los
hemos alcanzado. Por eso es fundamental que te plantees metas claras, como, por
ejemplo: perder 20 kilos o ir a cenar fuera un día a la semana con tu pareja.
4-Elabora
un plan de acción. A veces las metas nos asustan porque nos parece que
tendremos que llevar a cabo una tarea titánica. Sin embargo, debemos tener en
cuenta que nadie ha llegado demasiado lejos sin dar antes el primer paso. Por
tanto, una buena estrategia es elaborar un plan de acción en el que te plantees
objetivos más modestos que vayan delineando el camino.
5-Céntrate
en los logros. Muchas personas intentan hacer cambios en su vida y se esfuerzan
mucho por conseguirlo, pero se desmotivan con facilidad porque solo se fijan en
los retrocesos y fracasos. Debes tener en cuenta que todo desarrollo implica
retrocesos, es algo normal, lo importante es que te focalices en los logros
porque es eso lo que te dará la energía que necesitas para continuar
esforzándote.
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