ཨོཾ་མ་ཎི་པ་དྨེ་ཧཱུྃ།

viernes, 17 de junio de 2022

Principios budistas para enfrentar los momentos difíciles de la vida

 


A lo largo de la vida hay momentos y situaciones difíciles que te producen dolor y te desequilibran emocionalmente, y aunque en ocasiones surgen como consecuencia de tus decisiones y acciones, muchas veces son cosas que están fuera de tu control y simplemente ocurren, como es el caso de la etapa crítica que enfrenta el mundo actualmente debido a la pandemia.

Normalmente, cuando algo malo sucede y provoca tristeza, malestar, aflicción, molestia, frustración o cualquier otra emoción difícil de manejar, lo que se suele hacer es ir en busca del apoyo de los amigos, de la familia, la pareja o algún ser querido. Y muchas veces, algo tan simple como un abrazo, una sonrisa y la compañía hacen que el ánimo mejore y todo se vea más claro.

Sin embargo, las condiciones actuales de aislamiento dificultan ese contacto. Precisamente en estos momentos en los que sería tan necesario dar y recibir un abrazo, no se puede hacer. Así que hay que encontrar otras formas de lidiar con las emociones que surgen en esta etapa incierta, primero por ti mismo y luego con el apoyo a distancia de tus seres queridos.

Para afrontar esas vicisitudes por ti mismo, te pueden ser de gran ayuda las Cuatro Nobles Verdades del Sufrimiento que surgen de la filosofía budista, ya que te enseñan a lidiar con el dolor para evitar el sufrimiento y a mantener la esperanza a pesar de la incertidumbre. Dichas verdades son las siguientes:

 

1. Toda existencia es sufrimiento

 A lo largo de la vida hay innumerables sucesos y situaciones que pueden ocasionar sufrimiento. Aceptarlo y entenderlo es la primera clave para dejar de sufrir y poder tener un crecimiento a partir de lo que te enseñan las dificultades.

 

2. El origen del sufrimiento es el anhelo

 A tu alrededor siempre van a existir lo que Buda llama venenos que te dañan y hacen crecer en ti la semilla del dolor. Éstos son el apego, el odio, la envidia, la sensación de carencia y otros sentimientos y emociones que surgen de los anhelos no cumplidos.

 

3. El sufrimiento puede extinguirse al extinguir lo que lo causa

 Como dice la frase: “El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”. Esto significa que el sufrimiento no es eterno y se trata más de una elección que de algo inamovible. Es cierto que hay muchas cosas que te van a doler, pero está en ti elegir si ese dolor pasa y fluye o se queda contigo para volverse un sufrimiento. Y la mejor forma de evitar el sufrimiento es ser consciente de qué lo causa para así poder resolverlo.

 

4. Para extinguir la causa del sufrimiento hay que practicar el Noble Camino Óctuple

 Se trata de un principio enunciado por Buda, que requiere aplicar ocho principios en tu día a día:

 

    Entendimiento correcto. Es necesario comprender que nada es permanente, pues todo en la vida es fugaz y perecedero; todo va y viene, todo tiene un inicio y un final.

    Pensamiento correcto. Debes enfocar tus pensamientos hacia lo positivo, ya que éstos determinan cómo es tu vida. Recuerda que eres lo que piensas.

    Discurso correcto, palabra recta. Evita los engaños y las mentiras; dirígete siempre a los demás con la verdad.

    Acción correcta. Actúa sin dejar de lado tus emociones; procura que tus actos estén guiados por la bondad, el respeto y la humildad, cualidades que te dan equilibrio y paz, lo que se traduce en menos sufrimiento.

    Medios de vida correctos. Tu profesión u ocupación, tu comportamiento y tus acciones deben estar orientados siempre a hacer el bien.

    Esfuerzo correcto. Debes tener claro que nada se obtiene sin esfuerzo, así que tendrás que invertir tus energías y esperanzas para sentirte realizado, completo y afortunado.

    Atención correcta. Recuerda que a lo que le das tu atención, crece. ¿Qué quieres hacer crecer en ti y para ti? Entrena tu mente para que elija sabiamente a lo que le pone atención sin perder su objetivo ni su humildad.

    Concentración correcta. Este punto se refiere a la práctica de la meditación, pues es un modo de liberarte, equilibrar tus emociones, aclarar tus pensamientos y calmar tu mente. Una mente en calma alivia las preocupaciones y apaga los sufrimientos.

  

En pocas palabras, los principios budistas te invitan a relacionarte con tus emociones abiertamente, hacerlas conscientes, reconocerlas, aceptarlas, procesarlas para liberarlas y, finalmente, dejarlas fluir para seguir con tu camino.

Reconoce las emociones negativas como parte de tu existencia, no las niegues, las rechaces ni las escondas, acéptalas y déjalas ser, pero nunca te estanques en ellas. Comprende que son cambiantes y no puedes controlarlas, pero sí puedes controlar la forma en que reaccionas ante ellas, la manera en que las afrontas y también puedes elegir superarlas para lidiar con el dolor sin caer en el sufrimiento.


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