ཨོཾ་མ་ཎི་པ་དྨེ་ཧཱུྃ།

domingo, 5 de mayo de 2019

Diferencias entre tradiciones del Budismo Tibetano



Imagen de Padmasambhava (Guru Rinpoché), considerado padre del budismo tibetano.




TRADICIONES TIBETANAS

El budismo llegó al Tíbet por primera vez en el siglo 5, cuando una recopilación de textos llego desde la India. Estaban escritos en sánscrito, y no fueron traducidos al tibetano hasta el reinado de Songtsän Gampo, que tenía dos esposas, una china y otra nepalí, ambas budistas. La primera fue quien llevó al Tíbet la primera estatua de Buda.

Origen de las distintas escuelas
Muchas veces quienes no están familiarizados con el budismo tibetano, al saber que hay distintas escuelas o tradiciones, creen que hay algún tipo de enemistad o contradicción entre ellas. No es así. La inmensa mayoría de enseñanzas entre unas tradiciones tibetanas y otras son idénticas.
La diferencia está en el uso de palabras distintas para un mismo concepto, algunas oraciones están dedicadas a unas deidades en lugar de otras, o se estudia una misma cosa ya sea desde el punto de vista de un ser iluminado o de un ser ordinario. Pero en cuanto al fundamento, todas son prácticamente idénticas.

Con la llegada del Dharma y las prácticas de Tantra desde la India, de mano de Padmasambhava (más conocido como Gurú Rinpoché) hacia el año 750, el budismo tibetano no tuvo apenas diversidad. Puede que la única excepción fuesen los practicantes de Bön, una antigua religión indígena que poco a poco fue empapándose del budismo. Así pues, el linaje de Gurú Rinpoché fue conocido como Nyingma (“escuela de traducción antigua”).

Hacia el año 1000, Tíbét ya era un país profundamente budista, pero se echaba en falta más base teórica e incluso los maestros llegaron a tener diferencias y sentirse confusos. Tras enormes sacrificios y penurias, por fin el rey consiguió traer desde la India al gran maestro Atisha, quien explicó todas las enseñanzas del Buda, despejando dudas y sentando las bases de una práctica correcta, apareciendo todo un nuevo linaje de maestros que se dieron a conocer como tradición Kadampa.

Poco después, del linaje de los grandes maestros Gampopa, Milarepa, Marpa y Naropa, apareció la tradición Kagyu, que se divide en distintas sub-escuelas
También, apenas cincuenta años después de la llegada de Atisha al Tíbét surgió la tradición Sakya, linaje que se remonta a las enseñanzas de Virupa. A su vez, de la tradición Sakya surgió otra tradición minoritaria, la Jonang.

Hacia el año 1400 uno de los maestros más destacados de la historia, Lama Tsongkhapa, tomó todo el grueso de las enseñanzas que había presentado Atisha casi cuatro siglos atrás, reformulándolas de forma que pudieran estudiarse y practicarse según un esquema, un orden específico.

Este extenso trabajo de reorganización de todas las enseñanzas budistas se dio a conocer como Lam Rim Chen Mö (“Gran tratado de los estadios en el camino a la Iluminación”). Supuso una revolución comparable a la del propio Atisha tiempo atrás. Los llamados maestros Kadampas se dieron a conocer ahora como tradición Gelugpa, convirtiéndose en una de las escuelas más populares, especialmente desde que el gobierno tibetano fuese dirigido por uno de sus miembros, S.S Dalai Lama, manifestación de Chenrezig, el Buda de la Compasión. La institución de los Dalai Lama fue enormemente reverenciada desde un primer momento, hasta el punto de recibir un enorme respeto y devoción por parte de todas las escuelas tibetanas.

Aparte de esta clasificación, también existe el llamado movimiento Rimé, que promueve la interacción entre las distintas tradiciones sin atenerse a ninguna en particular. Su Santidad el Dalai Lama, aunque pertenece a la tradición Gelugpa, siempre ha alentado la colaboración entre distintas escuelas, y hace pocos años anunció que al menos por lo que a él respecta, Bön y Jonang también serían consideradas tradiciones budistas tibetanas, además de Nyingma, Kagyu, Sakya y Gelugpa.




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