El budismo nació en el seno de la cultura india del
siglo V a.C. y fue evolucionando a lo largo del tiempo y a medida que iba
migrando de un país a otro, adaptándose a la cultura y a las necesidades de
cada lugar. Es una de las tradiciones religiosas que ha dado a luz las formas
más diversas, y al viajar a occidente no puede sino seguir transformándose.
En el artículo ‘Un budismo secular,’ el autor
Stephen Batchelor escribe que “cada generación tiene el derecho y el deber
de reinterpretar las enseñanzas que ha heredado.” Catapultado a la
modernidad casi sin transición, debe afrontar nuevos retos para seguir siendo
relevante y echar raíces en nuestra sociedad actual.
El budismo secular, también referido como
budismo ateo, agnóstico o laico, es una forma emergente de ver el budismo que
aborda esta tradición desde una perspectiva actual y crítica. No se trata de un
movimiento homogéneo ni organizado como tal, sino que se refiere a una corriente
de maestras, estudiosos y practicantes con un enfoque común. El término secular
se adopta no tanto como antónimo de religioso, sino en su significado
literal del latín saeculum (de donde proviene la palabra ‘siglo’), es
decir: de este tiempo o esta era.
Este enfoque se caracteriza, a grandes rasgos, por
poner a un lado creencias puramente metafísicas como los diferentes reinos de
existencia o la reencarnación y abandonar el lenguaje de verdades absolutas en
pro de un énfasis en la praxis, concibiendo el budismo no como algo en
lo que creer, sino algo que hacer.
Al mismo tiempo, el reto consiste en actualizar el
dharma —la enseñanza budista— sin reducirlo a una mera tecnología paliativa
para la ansiedad del consumo, la pantalla y el multitasking, sino encontrando
una voz que recoja las cuestiones éticas y existenciales de la sociedad
moderna. Debido a las mutaciones que ha sufrido en su historia, una forma
de rearticular el dharma es volver a las fuentes más antiguas y comprenderlas
en su contexto histórico y cultural.
Podrías pensar: ¿No es descartar la reencarnación una
‘blasfemia’? ¿Realmente sigue siendo budismo? No hay duda de que el Buda
presentara toda su enseñanza en el contexto de múltiples vidas. Sin embargo, en
un pasaje en el que habla al pueblo de los Kalamas, que tradicionalmente no
creían en la reencarnación, dijo lo siguiente sobre el resultado de la práctica
del dharma:
Si existe otro mundo y existe el fruto o resultado de
las buenas y malas acciones, entonces yo, después de la muerte, con la disolución
del cuerpo, surgiré en el mundo celestial, en un buen destino.
Si no existe otro mundo y no existe el fruto o
resultado de las buenas y malas acciones, entonces, yo vivo feliz en esta misma
vida, sin enemistad, sin mala voluntad, sin odio.
Un budismo secular también incorpora los conocimientos
derivados de las ciencias naturales y la investigación científica, así como del
estudio académico del budismo y su historia. Es un dharma forjado desde la
mentalidad democrática y de igualdad, que subraya el papel de la sociedad
laica, la autonomía del individuo (en lugar de la simple conformidad con la
tradición) y que, por primera vez en la historia, tiene acceso a todas las
tradiciones budistas del pasado y puede aprender de todas ellas.
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