LOS VAJRAS
Los vajras pueden tener nueve, cinco y tres radios.
Los radios de un vajra pacífico se encuentran en el extremo, mientras que los
de un vajra airado se unen antes de llegar al final. Cuando forman conjunto con
una campana su longitud puede variar de un ancho de cuatro a veintiocho dedos.
La parte de arriba de los radios de un vajra de cinco
radios simboliza las cinco sabidurías, que son:
1) La sabiduría que es como un espejo; pues todo aquel
que refleja todas las percepciones de los sentidos es purificado cuando obtiene
la Iluminación y se convierte en un espejo.
2) La sabiduría de la ecuanimidad; aparece después de
que todos los sentimientos de agrado, hastío e indiferencia hayan sido
purificados.
3) La sabiduría del análisis individual; aparece
cuando el factor de la discriminación, que distingue un objeto de otro, es
purificado. Esto nos permite beneficiar a todos los seres sintientes según sus
necesidades y su disposición.
4) La sabiduría de la actividad virtuosa; aparece
cuando la habilidad básica de llevar a cabo acciones según circunstancias
particulares, es purificada.
5) La sabiduría de la esfera de realidad; aparece
cuando la consciencia es purificada y se convierte en la mente que es semilla
del cuerpo sabio y verdadero de un Buda.
Los cinco radios de la parte de abajo simbolizan tener
cinco madres.
LA CAMPANA
Una campana puede ser de ocho, doce, dieciséis,
dieciocho o veintidós dedos de alto. Su base debe ser redonda, y en su parte
alta está decorada con la cara de Prajnaparamita (la sabiduría). Encima hay un
loto, un disco de luna, una vasija y finalmente un vajra.
El hueco de la campana simboliza la sabiduría que comprende
el vacío. El badajo representa el sonido del vacío. Los ocho pétalos del loto
son las cuatro madres y las cuatro dakinis, y la vasija representa el
recipiente que contiene el néctar del logro.
Combinándose con el vajra, la campana representa la sabiduría,
y ya que sabiduría y método son una unidad indivisible, campana y vajra siempre
están juntos y no se usan nunca por separado.
EL MALA
Las cuentas del mala son usadas sobre todo para contar
mantras que se pueden recitar por cuatro razones:
1) Para apaciguar.
2) Para incrementar.
3) Para superar.
4) Para calmar por medios forzosos.
Las cuentas usadas para contar mantras para apaciguar
deberían ser de cristal, perla o madreperla, y deberían ser de color blanco o
transparente. Un rosario con este objetivo debería tener cien de estas cuentas.
Los mantras que se cuentan en estas cuentas sirven para acabar con obstáculos,
como una enfermedad u otras desgracias, y purificarse uno mismo.
Las cuentas usadas para incrementar deberían ser de
oro, plata, cobre o semillas de loto, y deben ser 108. Los mantras que se
cuentan en estos malas sirven para incrementar la longevidad, la sabiduría y el
mérito.
Las cuentas usadas para superar deben ser de una
mezcla de madera de sándalo, azafrán y otras sustancias de buen olor. Tiene 25
cuentas. Los mantras contados aquí deben ser para calmar a los demás, pero la
motivación para esto debe ser un deseo puro de ayudar a otros seres sintientes
y no para beneficiarse uno mismo.
Las cuentas usadas para recitar mantras con el objeto
de subyugar a seres por la fuerza deben ser de semillas de raksha o hueso
humano, y deben ser 60. De nuevo, la intención debe ser totalmente altruista y
los únicos que pueden hacerlo deben ser Bodisatvas motivados por una gran
compasión por un ser sintiente que no puede ser apaciguado por ningún otro
medio, por ejemplo espíritus extremadamente maliciosos, o aflicciones generales
visualizadas como una bola negra y densa.
Los malas hechos de semillas de árbol boddhi o de
otras maderas pueden usarse por distintos motivos, contar toda clase de mantras
así como otras oraciones, postraciones, circumbalaciones y demás.
El cordón común para todos los malas debe estar
compuesto de nueve hilos, que simbolizan al Buda Vajradhara y a los ocho
Bodisatvas. La cuenta más larga que sirve como principio y final representa la
sabiduría que comprende la vacuidad y la pequeña pieza que la corona es la
vacuidad misma, simbolizando ambas la victoria sobre todos los oponentes.
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