Desde
la antigüedad se conocen las propiedades terapéuticas de la música; en el
antiguo Egipto se utilizada para beneficiar la fertilidad femenina y los
griegos creían que tenía efectos psicosomáticos.
La
música se relaciona psicológicamente con la parte más fundamental y básica del
ser humano, es decir, con la emotividad. Emoción y música es algo que está
profundamente ligado; por eso la
música es un lenguaje universal que amansa hasta a nuestras pequeñas fieras.
El
doctor Brockelesby (psiquiatra) en 1789 ya estudiaba sus efectos terapéuticos
en grupos de niños. En la actualidad se dice que no solo tonifica las
relaciones del sistema nervioso, sino que ayuda a regular los procesos
circulatorios y favorece la secreción glandular. Además, se sabe que el cerebro
es capaz de trasmitir las sensaciones sonoras en vibraciones emotivas y afecto positivas
sobre el resto del organismo.
Se
sabe que las
experiencias auditivas son fundamentales para el desarrollo de las capacidades
superiores del ser humano desde antes de nacer. Antes de ver,
los seres humanos escuchamos. Existen experiencias auditivas intrauterinas que
influyen en la estructura cerebral, quizá por esto el hecho musical se
relaciona fundamentalmente con lo emotivo.
Para
el relax y la concentración podemos usar las melodías de autores como Mozart, Schubert, etc.
Pongámonos manos a la obra y ¡hagamos que nuestros pequeños se
relacionen desde el principio con esta fuente de energía y bienestar!
Beneficios
de la música para los más pequeños de la casa.
–
Mejora su capacidad de memoria al recordar las letras, su atención y su
concentración.
–
Fomenta su expresión.
–
Es un medio de socialización entre niños de su edad y el resto de familiares.
–
Al actuar sobre áreas del desarrollo, estimula el proceso integral de
maduración nerviosa del niño a nivel cerebral.
–
Estimula su creatividad y su imaginación.
–
Es capaz de relajarle o motivarle, según la melodía elegida. En función de su
estado de ánimo se puede utilizar para relajar a los pequeños cuando nos
interese fomentar un ambiente de relax y fomentar la actividad cuando así lo
requiera la situación utilizando ritmos más o menos movidos. Por lo que ellos
se coordinan con un estímulo externo que aumenta su flexibilidad y acomodación
a la realidad que les rodea.
La
influencia que ejerce la música sobre los niños es muy poderosa siempre que elijamos
el momento adecuado y la música que les motive y estimule. Aquí dejo unos consejos generales
para aprovechar los beneficios:
–
Si notas a tu hijo intranquilo o con mucha energía, una buena opción es ponerle
ritmos activos
para que descargue su energía bailando o moviéndose. Si por el contrario se va
acercando la hora de dormir podemos adecuar un ritmo más relajado para propiciar el
descanso y el relax.
–
Recuerda que no es lo
mismo la música para un bebé que para un niño. Para bebés es
más recomendable elegir música clásica y para los niños es preferible la música
con contenido y ritmos vocálicos. De esta forma, los bebés tienen la
estimulación más adaptada a su edad y en los niños, con la letra y las
historias de las canciones, estaremos fomentando su memoria, su expresión, su
imaginación y esos momentos que comparte con sus congéneres y/o familia
cantando juntos.
–
Utilizad en casa como compañía
de fondo una música suave y bajita, incluso con sonidos de la
naturaleza, ya que favorece la armonía y el relax entre los miembros de la
familia y a la larga, sin darnos cuenta, estaremos acostumbrando el oído de los
más pequeños. Los beneficios de la educación musical son de sobra conocidos,
por lo que extenderla a espacios como la casa es un buen hábito que les conecta
con lo aprendido.
– La música mejora la habilidad para
resolver problemas matemáticos y de razonamiento complejos, así
como la creatividad y la imaginación, por lo que, siempre y cuando no se
distraiga, podemos dejar una ligera melodía encendida mientras hacemos los
deberes con ellos o tareas que impliquen estas cualidades.
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