Separación de la farmacognosia y la farmacología
Según
Martius, la farmacognosia tenía por objeto investigar las materias medicinales
obtenidas de los tres reinos de la naturaleza respecto de su procedencia y
bondad, examinar su pureza y averiguar sus substituciones y falsificaciones.
Este concepto no ha sido compartido por todos los autores. Durante cierto
tiempo se incluyó en la farmacognosia la farmacología, que hoy se encuentra
bien separada de ella. La Farmacia práctica y la Química farmacéutica, que
también se incluyeron en la farmacognosia, forman estudios aparte. Según
Tschirch, la Farmacognosia es la ciencia que tiene por objeto estudiar
científicamente las drogas de origen animal y vegetal en todos los conceptos,
exceptuando su acción fisiológica, describirlas correctamente y relacionarlas
entre sí desde puntos de vista generales.
La
farmacognosia científica fue dividida en las siguientes partes: farmacoergasia (cultivo,
recolección, preparación de la cosecha), farmacoemporia
(vías comerciales, puntos de importación y de exportación, manipulaciones a que
se someten las drogas en los puertos donde se importan), farmacodiacosmia (suertes
comerciales, embalajes), farmacobotánica
(clasificación, morfología, anatomía, fisiología, patología), farmacozoología, farmacoquímica,
farmacofísica, farmacogeografía y farmacocrestología (determinación del valor
de los medicamentos). Para el farmacéutico tiene gran importancia la
Farmacognosia aplicada, que le permite utilizar las drogas a conciencia.
La literatura sobre plantas medicinales
En
los documentos más antiguos de la literatura oriental y europea se citan muchas
plantas medicinales; muchas otras plantas, así como sus productos, pueden
reconocerse en las descripciones, aunque a veces sean éstas muy escuetas. Los
médicos y los botánicos de la Edad Media no suministraron grandes descripciones
de las plantas medicinales, ni de las materias curativas, ni de las materias
curativas del mundo orgánico.
Solamente
al principio de la época moderna, cuando las ciencias naturales adquirieron
gran empuje y desarrollo, aparecieron descripciones más exactas y pronto
también representaciones gráficas de las plantas y de los animales empleados en
concepto médico. Contribuyó a este desarrollo el descubrimiento de América y de
la ruta de las Indias Orientales, puesto que estos países enriquecieron las
farmacopeas con nuevos medicamentos.
El conocimiento sobre las materias y drogas medicinales
En
1533 fue Buonafede el primer maestro de farmacognosia como Lector Simplicium en
Padua, y en 1540 Valerio Cordus dio lecciones relativas a las materias
medicinales en Wittemberg, de un modo mucho más satisfactorio que todos sus
predecesores. Al propio tiempo trabajaba en el mismo sentido Conrado Gener, de
Zurich, y el médico portugués de Goa, García de Orta, dio por el año 1560
buenas descripciones de drogas indias de antiguo renombradas. Desde entonces
los progresos de las ciencias naturales descriptivas fueron siendo cada vez más
provechosa para el conocimiento de las drogas medicinales, de manera que en los
siglos XVI, XVII y XVIII sus propiedades pudieron ser más bien establecidas. A
menudo contribuyeron a ello farmacopeas; así, por ejemplo, la de Wurtenberg
describe en 1740 las drogas magistralmente.
En
el curso del tiempo los conocimientos relativos a las materias medicinales
constituyeron una verdadera ciencia, gracias más bien a los esfuerzos de los
médicos y de los botánicos que a los de los farmacéuticos, y esta ciencia fue
la Materia médica. Se puede ver en que consistía en aquel tiempo esta ciencia
en la obra de Murray, Apparatus
medicaminum (6 vol., Gotinga, 1766-94). Esta materia médica
comprendía los caracteres externos, las manipulaciones farmacéuticas, el empleo
y la acción de las materias medicinales; poco a poco fue perfeccionándose y
especialmente desde Paracelso, desde el siglo XVI, a las materias medicinales
en bruto (drogas) del reino animal y del reino vegetal se añadieron sustancias
obtenidas por procedimientos químicos. Respecto del conocimiento de éstas, los
farmacéuticos aportaron numerosos datos, sobre todo los de Alemania, Francia e
Inglaterra. Merece citarse el descubrimiento de la morfina del opio.
El
farmacéutico Sertürner de Hammeln (Hannóver) demostró en 1817 que correspondía
a esta sustancia principalmente la acción del opio, y pronto fueron aislándose
de otras materias medicinales sus principios activos en estado de pureza. Con
esto la Química orgánica, que entonces principió a adquirir gran importancia,
pasó a ser uno de los principales fundamentos de la Farmacología. Pronto se
enriqueció tanto esta ciencia que, sobre todo en Francia y en Alemania, se
subdividió, pasando parte de ella a constituir una ciencia independiente con el
nombre de Historia natural de las drogas (Pharmaseutische
Warenkunde), y finalmente, desde el segundo decenio del siglo XIX
quedó establecida con el nombre de farmacognosia, separada de la farmacología.
La literatura sobre farmacognosia
Las
principales obras que pusieron de manifiesto las opiniones sobre la
farmacognosia fueron escritas principalmente por farmacéuticos científicos.
Así, en Francia merece ser mencionada la obra publicada en 1820 por Guibourt
con el título de Histoire
naturelle des drogues simples. En Alemania, escribieron Trommsdorff
(1822) Handbuch der
pharmazeutischen Warenkunde, Göbel y Kunze (1827-34) Pharmazeutische Warenkunde,
Chermeier (en la misma época), Pharmakognostische
Tabellen, Martius (1832) Grundriss
der Pharmakognosie des Pilanzenreichs.
En
Inglaterra permaneció unida la farmacognosia con la farmacología, con este
último nombre, o como Materia médica y terapéutica, por ejemplo, en el tratado
de Pereira (The elements of
materia medica and therapeutics, Londres, 1838). Schleiden de Jena
puso por primera vez en 1847 el microscopio al servicio de la farmacognosia en
un trabajo sobre la raíz de zarzaparrilla, Wedell dio a conocer en 1849 la
estructura interna de las cortezas de quina, y Berg de Berlín, Oudemans de
Rotterdam y Schleiden extendieron las investigaciones microscópicas a toda la
farmacognosia. Otros, sobre todo Pereira y Wiggers, contribuyeron al
conocimiento del comercio y caracteres externos de las drogas.
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