¿Cómo Entrenar
la Memoria del Niño en Vacaciones?
Cuando se acercan las vacaciones
nos vamos preparando “mentalmente” para disfrutar de ese merecido descanso,
pero si todavía hay niños estudiando en la familia, es posibles que durante
esta temporada se pueda perder el ritmo y entrenamiento mental adquirido
durante el curso, dificultando la tarea de concentración cuando hay que
regresar a clase. Las vacaciones
Las vacaciones también son una
época propicia para entrenar la memoria.
Cuando se acercan las vacaciones
nos vamos preparando “mentalmente” para disfrutar de ese merecido descanso,
pero si todavía hay niños estudiando en la familia, es posibles que durante
esta temporada se pueda perder el ritmo y entrenamiento mental adquirido
durante el curso, dificultando la tarea de concentración cuando hay que regresar
a clase.
Las vacaciones pueden convertirse
en una forma de entrenarnos mentalmente a través de la diversión. ¿Cómo? pues
trabajando tanto pequeños como adultos en ejercitar la memoria y la
concentración, con ejercicios sencillos y sin que los niños piensen que están
estudiando.
La memoria funciona en diferentes
planos y niveles, que pueden trabajarse sin que de pereza ni suponga un gran
esfuerzo.
En primer lugar podemos hablar de
la memoria comprensiva, que es la utilizada para la fijación de nuevos
conceptos. Ella permite no sólo la lógica y la fijación, sino también la
aplicación de lo aprendido.
En segundo lugar está la memoria
repetitiva, que es la encargada de la acumulación de datos inconexos (como imágenes,
sonidos, aromas, conceptos) muy importantes en las tareas creativas y
expresivas.
¿Y qué podemos hacer para
trabajar la memoria?
Teniendo presente que todo lo que
deja de utilizarse se “oxida” pero también que los niños estarán cansados por
el esfuerzo realizado durante el curso, es bueno ser creativo y buscar que tipo
de actividades o planes podrían estimular su memoria.
• Los juegos de tablero o de
naipes, la lectura de poesías antes de dormir o el aprendizaje de nuevas
canciones, pueden ser unas ideas divertidas que permitan, al mismo tiempo hacer
gimnasia mental.
• Al final del viaje de vacaciones se puede conversar con los chicos sobre los sitios visitados, listando los recuerdos y recordando los episodios que causaron más curiosidad o diversión entre los más pequeños.
• La concentración también se puede entrenar. Para hacerlo necesitamos estimulación. Por ejemplo, podemos advertirlos para observar los detalles de los sitios que conozcamos en vacaciones o pactar metas a corto plazo durante un día de campo, ya sea una “búsqueda de tesoros” o una saludable competencia por ver quién recolecta más cantidad de diferentes frutos silvestres en una tarde en el bosque.
Recuerda que el niño debe
mantener un ritmo normal en la práctica de su función mental, sin
sobre-exigencias pero con la estimulación adecuada para lograr una mejor
reincorporación después de las vacaciones.
Los juegos y el ocio consciente e
interactivo durante los periodos de vacaciones, pueden ser una oportunidad que
les sirva de gran ayuda para el resto de su vida.
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