Dieta para
el Verano
La dieta
para el verano es muy distinta de la que normalmente seguiremos en invierno ya
que el clima condiciona nuestras necesidades según la estación.
Guiados por nuestro instinto y de la mano de la
naturaleza, durante los meses de calor consumimos mayor cantidad de frutas y
verduras.
Los alimentos "estufa"
Algunos alimentos aportan más calorías o lo que es lo
mismo, su capacidad de calentarnos es mayor. El principio inmediato que se
corresponde con estas características son los lípidos (grasas) incluidos en
esta clasificación están: salsas, mayonesas, helados, carnes rojas, embutidos,
lácteos y huevos.
Compensar el calor exterior natural del verano es
fácil si no abusamos de alimentos que produzcan un exceso de calorías, como los
anteriormente citados, puesto que contribuyen a elevar la temperatura corporal
produciendo una sobre estimulación en el funcionamiento natural del aparato
circulatorio y contribuyen en gran medida al exceso de peso y colesterol. Otros
alimentos excitantes como café, chocolate, azúcar y alcohol conviene reducir su
consumo, nuestro corazón y nuestros nervios nos lo agradecerán.
¿Cómo conviene alimentarse en
verano?
El objetivo es sentirse frescos, ligeros y estar lo
máximo posible en consonancia con la estación en la que estamos, para ello la
dieta constará principalmente de:
- Hortalizas crudas con las que hacer diariamente refrescantes ensaladas, y frutas propias de la estación a ser posible biológicas. Berenjenas, calabacines, lechugas, nabos, pepinos, pimiento verde, remolacha, tomate y zanahoria están ahora en su mejor momento, junto a acelgas, apio, puerro, rábano y escarola. Y que decir de las frutas, muy ricas en agua compensarla transpiración corporal y en beta-caroteno, vitamina imprescindible para la salud de la piel, además de proporcionar un bello bronceado. La naturaleza nos ofrece en mayor abundancia aquello que nuestro cuerpo necesita en cada momento del año.
- Los cereales integrales son el combustible básico que utilizan nuestras células para producir energía, no aportan grasas y no deben suprimirse en ninguna época del año pues prescindir de ellos es desequilibrar nuestra alimentación.
Los mejores cereales para el verano
- Bulgur: es sencillamente trigo precocido al vapor y después triturado. Resuelve un plato rápido, nutritivo y bajo en grasas en cuestión de veinte minutos. Junto al cous-cous son dos opciones ideales de consumir trigo integral en verano dando mucho de sí en ensaladas.
- Cebada: la cebada es el cereal refrescante por excelencia. El agua de cebada tiene propiedades calmantes, se elabora hirviendo media hora 40 gramos de grano de cebada en 1 litro de agua, la cual también podemos ir bebiéndola (mejor a temperatura ambiente) durante el día para calmar el calor. La cebada se suele consumir en forma de copos junto a leche o cremas frías, habiéndolos dejado humedecidos toda la noche o hervidos veinte minutos.
- Maíz: es el cereal de los países cálidos gracias a su capacidad de moderar la glándula tiroides y enlentecer los intercambios entre las células. Es por este motivo que se debe comer preferentemente en verano. Podemos consumirlo en forma de copos, de harina o de sémola.
- Mijo: buen cereal para la alimentación del verano. Su riqueza en fósforo, hierro, y vitamina A lo convierten en el cereal ideal contra la fatiga intelectual y la depresión. Su cocción es de veinte minutos en dos medidas de agua por una de mijo para que quede realmente cocido.
¿Qué beber?
El balance entre la cantidad de líquido que entra y
que sale del organismo debe dar siempre positivo a nuestro favor para evitar
que la célula se deshidrate. Para ello el total de líquido ingerido debe
aproximarse a los 2 litros y medio, los cuales no es saludable aportarlos a
base de agua "pura y dura" sino realizando una alimentación abundante
en frutas, hortalizas y verduras crudas, que además de agua, aportan vitaminas,
enzimas y minerales.
Las bebidas preparadas industrialmente no son
aconsejables pues contienen un elevado exceso de azúcares (hasta siete
cucharadas cada botellín) que generan más sed, colorantes, gasificantes y otros
aditivos. Para quitar la sed mejor optar por zumos naturales sin azucarar, té
frío sin azúcar yagua.
La dieta recomendada para el verano
Desayuno
En ayunas: zumo de frutas natural. Con una cucharada sopera de polen o germen de trigo.
En ayunas: zumo de frutas natural. Con una cucharada sopera de polen o germen de trigo.
De veinte minutos a media hora después tomar una o dos
piezas de fruta del tiempo y elegir entre:
- Uno o dos yogures naturales, solos mezclados con la fruta o con nueces y pipas de girasol. Para endulzar añadimos una cucharadita de melaza de arroz.
- Leche de arroz o de soja con unos copos de centeno, maíz o arroz.
- Pan integral con paté de sésamo y queso fresco.
Almuerzo
- Ensalada de verduras de hoja verde; espinacas, acelgas, berros, hierba de los canónigos, endibias, escarola y lechuga.
- Cereales integrales junto a verduras de color rojo y naranja o mezclados en la ensalada.
Cena
A elegir entre:
A) Macedonia de frutas sola o junto a kéfir o yogurt.
B) Una ensalada abundante o gazpacho con alguna de las
siguientes opciones:
- 12 frutos oleaginosos (nueces, pipas girasol, anacardos, avellanas, almendras, etc.)
- Guisantes frescos.
- Un huevo pasado por agua (dos a la semana)
- Queso fresco tipo Burgos, kéfir o yogurt.
- Pescado fresco, pollo o pavo a la plancha.
- Proteína vegetal; tofu, Seitán o hamburguesas vegetales.
Ayuda a relajarse por la noche y sentirnos más ligeros
por las mañanas cenar pronto, entre las siete y las nueve de la noche.
Acordaros de la máxima naturista; Desayunar como un rey, comer como un príncipe
y cenar como un mendigo. Para vivir más años hay que comer menos.
En todos los
casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de
la salud competente. La información contenida en este artículo tiene una
función meramente informativa.
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