El yoga es una ciencia que purifica nuestro cuerpo y nuestra mente, liberándonos de todas las perturbaciones. El yoga puede llegar a despertar en nosotros luminosos sentimientos y felicidad, los cuales fortalecen nuestras relaciones con nuestra esposa, los niños, padres, vecinos y compañeros de trabajo.
Así, como el viento aleja las nubes que tapan el sol, el yoga remueve gradualmente los dolores físicos y pensamientos indeseables, pues, al revelar el conocimiento interior, incrementa nuestro aprecio por la vida.
El yoga nos enseña a controlar nuestros sentidos y nuestra mente impaciente, y a ponernos en armonía con las Leyes Universales, administrando así nuestras energías de la mejor manera.
Tal como un instrumento musical emite sonidos muy agradables al ser tocado por un profesional, de la misma manera, nuestro cuerpo, mente e inteligencia, nos traerán mucha felicidad al ser dirigidos perfectamente.
La disciplina yógica nos enseña también a ver a los demás (amigos o enemigos) con los ojos del amor.
Una persona que practica yoga seriamente, se llama yogi. El yogi se ocupa diariamente al desarrollo práctico de la ciencia del yoga, y aprende los diferentes ejercicios y técnicas, tanto del yoga como de la meditación.
¿CÓMO FUNCIONA EL YOGA?
Con la práctica de ciertos ejercicios y la regulación de la respiración, el proceso de yoga purifica nuestra sangre, nervios y diferentes órganos, relajando así el cuerpo y la mente. De esta forma, se facilita la concentración de la mente para el desarrollo de cualquier actividad. La meditación nos ayuda a controlar la mente y reducir las tensiones, incrementando simultáneamente el auto-control, la sencillez y los pensamientos puros.
Los cambios causados por el yoga son naturales y permanecen durante mucho tiempo. La práctica del yoga nos alivia las cargas de las intensas exigencias de la vida moderna, pues el exceso de ansiedades destruye la salud y la felicidad. La medicina moderna ha concluido que la ansiedad diaria es origen de muchas enfermedades, y en cambio, la tranquilidad trae como consecuencia una buena salud. Aunque siempre queremos culpar a las fuerzas o factores externos por nuestras dificultades, la práctica del yoga demuestra que muchos problemas pueden ser resueltos mediante nuestra autodisciplina. Experimentos de laboratorio han demostrado que las ondas del cerebro de yogis que se encuentran en estado de meditación son más armoniosas que las ondas del cerebro de personas que duermen en sueño profundo o de personas que se encuentran bajo el proceso hipnótico o que están despiertas.
Otras investigaciones y experimentos demuestran que los yogis que practican regularmente las diferentes técnicas yógicas, aumentan sus habilidades de relajación, reducen la velocidad en los latidos del corazón, reducen la presión de la sangre y controlan, hasta cierto punto, el sistema nervioso, el cual había sido considerado, por la ciencia médica occidental, como incontrolable por medio de la conciencia.
Así pues, funciona el yoga, ofreciendo nuevas y múltiples oportunidades de mejorar y regular nuestra salud.
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