Introducción
La Astrología Tibetana es una ciencia muy antigua destinada a proporcionar felicidad y salud a nivel mental y físico.
El principal objetivo de la Astrología Tibetana, como el de cualquier ciencia moderna, es comprender el cosmos, cómo funciona, y cómo podemos beneficiarnos a partir de las fuerzas operantes en él y sus transiciones, para poder vivir en consonancia con los cambios y movimientos constantes de los cuales somos parte.
La interpretación de una carta astrológica Tibetana Tradicional proporciona información sobre nuestras relaciones, trabajo, carrera, salud, talentos, desarrollo espiritual, etc. Es una guía indispensable para conocer nuestras vidas (pasadas, presentes y futuras), dándonos la posibilidad de relacionarnos con ellas desde la sabiduría y no desde la ignorancia. Como Ciencia del Tiempo, los fundamentos de la doctrina Astrológica se apoyan en una perfecta comprensión de las leyes de la causalidad: en otras palabras, el karma y los doce factores interdependientes, los dos mecanismos principales de la existencia relativa.
El rol del Astrólogo Tibetano consiste fundamentalmente en brindar las herramientas que nos permiten aprovechar al máximo las circunstancias favorables y ofrecer recomendaciones acerca de las acciones apropiadas a seguir, así como los antídotos a aplicar para aliviar o remover obstáculos (generalmente en forma de plegarias y practicas Budistas) si estos fueran necesarios.
La Astrología Tibetana debe entenderse como un medio, no como un fin en sí mismo. Haciendo uso del conocimiento que nos proporciona una carta natal podemos evitar o reducir el sufrimiento que podrían ocasionar ciertos eventos, y desarrollar plenamente nuestras aptitudes y talentos. También nos señala los momentos más favorables en nuestra vida para tratar de beneficiar a la mayor cantidad posible de seres, brindando bienestar y felicidad a todos aquellos que nos rodean.
La motivación correcta del Astrólogo es la compasión - cualidad sublime - sin la cual caería en los niveles de otras disciplinas ordinarias. El astrólogo tiene la posibilidad de beneficiar a los seres en la medida en que puede reducir el sufrimiento que causan la incertidumbre y la ignorancia; guiándolos hacia la felicidad. De la misma manera, la motivación correcta del que consulta debería apoyarse en el deseo de obtener la felicidad no sólo para sí mismo, sino para todos los seres sensibles.
Breve Historia de la Astrología Tibetana La Astrología Tibetana tiene influencias del Sudeste Asiático, Persia, Grecia y Mongolia. A pesar de su relación con diversas culturas, la Astro-Ciencia Tibetana tiene sus raíces mas profundas en la tradición religiosa Bon (principal religión del Tíbet en la antigüedad) y en los sistemas astrológicos de India y China, en particular en la tradición India del Shri Kalachakratantra. Estas últimas dos ramas principales de la Astrología Tibetana (India y China) se conocen respectivamente en tibetano como skar-rtsis o “matemáticas de las estrellas” y byung-rtsis o “astrología de los elementos”.
Cómo funciona la Astrología Tibetana? La Astrología Tibetana es un sistema de conocimiento “holístico” que se relaciona con la existencia de este universo en su totalidad, integrando cada rama de conocimiento tal como: las artes, la medicina, la religión etc., y analizando todas las partes en su totalidad. Esta forma de abordar la vida tiene una orientación filosófica que difiere del carácter netamente materialista de la ciencia actual.
Dentro de la cultura tibetana, la astrología ocupa un lugar fundamental en casi todas las dimensiones de la vida. Íntimamente ligada a la práctica médica en el Tíbet, presta asistencia en el diagnóstico de enfermedades y determina los momentos más auspiciosos para la preparación y la administración de remedios. Se suele consultar al astrólogo en cuestiones de estado, así como en momentos cruciales del ciclo vital tales como: nacimiento, matrimonio y muerte.
La Astrología Tibetana nos pone en contacto con nuestros problemas, talentos, tendencias o inclinaciones mentales, y nos ofrece no sólo la posibilidad de conocer nuestro karma - ayudándonos a trabajar con esas predisposiciones en un nivel interno y externo - sino que al obtener cierta perspectiva de las mismas, nos posibilita además una forma de relacionarnos con esas tendencias desde otro ángulo. Este tipo de abordaje está firmemente anclado en la filosofía Budista, propia de la cultura tibetana, que sostiene el concepto de karma (funcionamiento de la ley de causas y condiciones), como así también la existencia de vidas pasadas y futuras.
Una observación muy importante acerca de la aplicación práctica de la astrología en la predicción, es que aquí no existe un factor de “fe” en la ley del karma. Cada evento es simplemente el resultado de una combinación de causas y condiciones que convergen en un mismo momento y lugar. Cuando se predice un suceso, lo que se hace es simplemente tener en cuenta las condiciones y las causas que puedan resultar más tarde en ese evento en particular. Ese evento futuro existe tan sólo como una semilla, como una potencialidad, por lo cual su curso o resultado puede ser modificado. Si se evita que las causas y condiciones maduren, nada sucede.
El karma es sólo inevitable cuando no se “transmuta” mediante ciertas prácticas especificas; por esa razón la Astrología Tibetana se vale de una gran variedad de prácticas y rituales Budistas, diseñados como antídotos que aumentan el mérito o “karma positivo” de una persona, y disminuyen o purifican su “karma negativo”.
La Astrología Tibetana es determinista únicamente en el sentido de que la ley del karma gobierna nuestras vidas. Sin embargo tenemos la posibilidad del libre albedrío, ya que éste no sigue ningún patrón predeterminado. Es por medio de este libre albedrío que la humanidad puede guiar su futuro y tener la posibilidad de “crear” en cierta medida su propio destino.
La sugerencia de que los planetas “causan” u originan algunos eventos, es un error de interpretación muy frecuente. Se debería entender la influencia que tienen los planetas sobre los seres humanos comparándolo con la relación entre un termómetro y la temperatura corporal. El termómetro indica tan sólo la fiebre, no la ocasiona. De la misma manera, los planetas funcionan como indicadores, no originan los sucesos.
Las estrellas no gobiernan nuestro destino, tan sólo dan cuenta de un destino que ya ha sido (en cierta medida) forjado. Una vez más nos encontramos frente al intrincado funcionamiento de la ley del karma. Los planetas operan como un símbolo o una energía, pero no como una fuerza originadora. No dictan, sino que indican las energías que están en juego en cualquier situación en un momento determinado de nuestras vidas.
La Astrología Tibetana es el estudio de las fuerzas o energías sutiles que configuran nuestro mundo fenoménico. Cuando analizamos un horóscopo, estamos tratando de identificar nada menos que la infinidad de formas que produce la combinación de estas energías. Como seres compuestos de “energía”, cada uno de nosotros tiene una combinación particular de estas energías que configuran la totalidad de nuestro ser. Esto equivale a decir que cada uno de nosotros está compuesto por una serie de influencias gravitacionales planetarias, desde distintos ángulos, grados y en diferente cantidad. La multiplicidad de posibles combinaciones da cuenta de la variedad de personalidades, de psiquismos, así como de constituciones emocionales e intelectuales que encontramos en los seres humanos.
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