Meditar es profundizar en nosotros mismos para alcanzar la armonía integral. Profundizar en nosotros mismos es buscar la esencia de nuestro yo,es ir al encuentro de aquello que es lo más sublime y lo más grande dentro de nosotros, es acercarnos al autoconocimiento haciendo contacto con nuestro verdadero ser. Al ir logrando esto, como resultado se va manifestando un cambio de conciencia substancial en donde el ser encuentra su estado natural que es paz, sabiduría, amor, voluntad y felicidad. Todo lo anterior se consigue gracias a la armonía integral, que se manifiesta tanto a nivel individual, como social y natural. En el primero de los casos es el alineamiento perfecto entre el cuerpo, la mente y el yo; en el aspecto social son las relaciones adecuadas con nuestros semejantes; y en el nivel natural es la interrelación con el entorno ambiental y ecológico del cual formamos parte.
La meditación es tan antigua como la humanidad, es una de las técnicas más adecuadas para propiciar estados de conciencia superiores, ayudando al practicante a vivir mejor su vida en todos los aspectos. Los Grandes Maestros de la humanidad, hombres y mujeres que han
destacado por sus aportaciones a la evolución humana, han practicado alguna forma de meditación, estudiando la vida de esos grandes seres, nos daremos cuenta de cómo despertaron conscientemente y cumplieron su misión en la vida, gracias a la práctica de esta técnica milenaria.
Si la meta de la meditación fuera la cúspide de una montaña, los caminos para llegar a la cima serían los pasos que se siguen para alcanzar nuestro objetivo. Con este ejemplo podemos comprender que hay muchos caminos que nos pueden llevar a la cúspide, lo importante es encontrar nuestro propio camino, es decir, nuestra propia manera de meditar.
También se puede decir que la meditación es un estado natural del ser humano. En la antigüedad esta técnica estuvo asociada con la filosofía de la vida espiritual; en la actualidad con los avances científicos de la psicología, se ha puesto de manifiesto la importancia de estar conscientes y vivir el momento presente en armonía, tratando de trascender nuestra personalidad y lograr estados sublimes de conciencia. Lo anterior no sólo para alcanzar un desarrollo espiritual, sino para vivir más plenamente en la vida de relación social, en el trabajo y en el estudio, repercutiendo todo esto en la salud psicofísica del individuo.
La meditación es tan antigua como la humanidad, es una de las técnicas más adecuadas para propiciar estados de conciencia superiores, ayudando al practicante a vivir mejor su vida en todos los aspectos. Los Grandes Maestros de la humanidad, hombres y mujeres que han
destacado por sus aportaciones a la evolución humana, han practicado alguna forma de meditación, estudiando la vida de esos grandes seres, nos daremos cuenta de cómo despertaron conscientemente y cumplieron su misión en la vida, gracias a la práctica de esta técnica milenaria.
Si la meta de la meditación fuera la cúspide de una montaña, los caminos para llegar a la cima serían los pasos que se siguen para alcanzar nuestro objetivo. Con este ejemplo podemos comprender que hay muchos caminos que nos pueden llevar a la cúspide, lo importante es encontrar nuestro propio camino, es decir, nuestra propia manera de meditar.
También se puede decir que la meditación es un estado natural del ser humano. En la antigüedad esta técnica estuvo asociada con la filosofía de la vida espiritual; en la actualidad con los avances científicos de la psicología, se ha puesto de manifiesto la importancia de estar conscientes y vivir el momento presente en armonía, tratando de trascender nuestra personalidad y lograr estados sublimes de conciencia. Lo anterior no sólo para alcanzar un desarrollo espiritual, sino para vivir más plenamente en la vida de relación social, en el trabajo y en el estudio, repercutiendo todo esto en la salud psicofísica del individuo.
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