RITO NUMERO CUATRO
Luego echas la cabeza hacia atrás lo más posible, a la vez que levantas el cuerpo de manera que las rodillas se doblen mientras los brazos permanecen rectos. El torso quedará en línea recta con los muslos formando un plano horizontal con respecto al suelo. Los brazos y las piernas se mantendrán rectos, perpendiculares al suelo. Después tensa todos los músculos del cuerpo.
Finalmente, relajas los músculos mientras vuelves a la posición original de sentado y descansas antes de repetir el ejercicio.
Una vez más, la respiración es muy importante: aspira profundamente mientras levantes el cuerpo, contenla mientras tenses los músculos y expira completamente mientras bajas. Sigue al mismo ritmo cuando descanses entre repeticiones.
La primera vez que se practique este rito puede parecer muy difícil, pero al cabo de unos días será tan fácil como el resto.
Primero, siéntate sobre el suelo con las piernas estiradas hacia delante, con una separación entre los pies de 12 pulgadas aproximadamente. Con el torso erguido, coloca las palmas de las manos sobre el suelo de manera que queden al lado de tus glúteos. Aprieta la barbilla contra el pecho.
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