ཨོཾ་མ་ཎི་པ་དྨེ་ཧཱུྃ།

sábado, 8 de julio de 2023

Sentirse fuera de lugar: ¿Cómo afrontarlo?

 

Cuando nuestros deseos o intereses no corresponden a la realidad externa, es normal que nos sintamos fuera de lugar. A continuación, presentamos cómo combatirlo.

Es común sentirse fuera de lugar en algún momento de la vida. En estas situaciones percibimos que nuestro tiempo y nuestras energías se nos van en asuntos que no están en sintonía.

En especial porque los deseos, los gustos y las inclinaciones propias entran en conflicto con las circunstancias externas (cultura, trabajo, relaciones, escuela). Experimentamos incomodidad, frustración, preocupación y ansiedad.

Por otro lado, para compensar el malestar experimentado nos preguntamos qué hubiese pasado si tal o cual cosa fuesen distintas. Nos imaginamos otros escenarios más acordes a nuestra forma de ser.

Pero a pesar de que sea un fenómeno bastante común el sentirse fuera de lugar, es ideal saber afrontarlo. Es por ello que te presentamos algunos consejos que te ayudarán a superarlo.

¿Por qué algunas veces nos sentimos fuera de lugar?

Sentirse fuera de lugar puede ser provocado por una variedad de circunstancias. No obstante, todas comparten la misma esencia: disparidad entre las inclinaciones o preferencias personales y el contexto externo.

Los escenarios más comunes suelen ser los siguientes:

ü  Al ser víctima de acoso escolar o bullying en la infancia o adolescencia.

ü Cuando intentamos ocultar un aspecto distintivo de nosotros mismos porque el grupo social o cultural lo rechaza.

ü  Tener un trabajo estable, pero que nos provoca insatisfacción.

ü  Cuando migramos a otro país y tenemos que empezar desde cero.

ü  Estar en relaciones poco saludables, pero siguiendo en ellas por dependencia o miedo a estar solos.

¿Cómo podemos afrontar el sentirnos fuera de lugar?

Algunas estrategias pueden ser de ayuda para afrontar esta circunstancia. Hay unas que requieren mayor elaboración interna y otras son mecanismos para reducir la frustración. Veamos en detalle.

1. Reconoce y acepta tus sentimientos

Reconocer que nos estamos sintiendo fuera de lugar puede ser difícil y toma tiempo. Es común que tengamos resistencias internas, las que nos impulsan a quedarnos estáticos. Pues, en cierta forma, es más fácil y cómodo tolerar el malestar. 

Por lo tanto, advertir que nos sentimos desalineados es el primer paso para tomar las acciones necesarias. Se requiere de valentía y honestidad para aceptar que estamos donde no queremos estar.

2. Identifica las causas

Una vez que aceptes cómo te sientes, busca los motivos. ¿Estás rodeado de personas tóxicas? ¿El trabajo, la escuela o tus relaciones no te llenan? ¿Estás siendo demasiado exigente contigo mismo? Lo ideal es que identifiques la raíz de tu insatisfacción.

Para ello, puedes empezar a anotar en un diario íntimo aspectos importantes de tu cotidianeidad. Por ejemplo, inicias con frases como “me siento inseguro cuando…” o “la última vez que me sentí seguro fue…”.

Se ha comprobado que el diario es una herramienta efectiva para combatir el estrés y ansiedad, ya que es una forma saludable de expresar emociones displacenteras. Escribir sobre tus sentimientos puede ayudarte a identificarlos, así como a trazar posibles acciones a tomar.

3. Busca apoyo

La ayuda de terceros es esencial para reconocer aspectos que nosotros mismos no podemos advertir. Al estar muy envueltos en pensamientos y emociones negativas nos cegamos. Una mirada objetiva y externa ayuda a identificar cómo, cuándo y por qué te sientes fuera de lugar.

La ayuda puede venir de un profesional en salud mental, de seres queridos o de personas que te inspiren confianza. Lo primordial es que te sientas seguro expresando lo que sientes y que sean honestos contigo.

4. Sé agradecido

Sentirse fuera de lugar conlleva insatisfacción. Si bien hay aspectos que no te llenan, siempre existen otras razones por las que sentirse feliz y pleno. Estudios demuestran que dedicar tiempo a agradecer eleva los niveles de bienestar y satisfacción. Esto no significa que ignores lo que te molesta. En su lugar, ser agradecido implica hacerse consciente de todo lo bueno que te rodea, por más pequeño que sea. Estas cosas pueden ser tan sencillas como un día soleado, disfrutar del café por las mañanas o un baño relajante.

5. Reconoce qué es lo que quieres

Una vez que hayas identificado cómo te sientes y las posibles causas de tu malestar, comienza a visualizar dónde quieres estar y plantea vías para lograr lo que deseas. Sé ambicioso. Piensa lo que quieres lograr en un mes, en 6 meses o en un año. Una vez que elabores un plan de acción será mucho más fácil volver al rumbo.

 

6. Despréndete de personas y lugares tóxicos

La vida es muy corta para desperdiciarla con mala compañía o con situaciones que no te llenan. Identifica aquellos seres que te hacen sentir mal y evítalos. Muchas veces puede ser difícil porque se trata de gente muy querida. Lo mismo aplica para un trabajo, actividad o lugar que no te satisface. Renunciar a nuestra zona de confort y cambiar la rutina no es tarea fácil. Pero una vez que te atreves, no querrás volver a donde te sentías fuera de lugar. No te conformes.

7. Sé tú mismo

Puede sonar bastante cliché, pero en ocasiones es todo un reto. A pesar de que existen semejanzas entre las personas, hay que tener en cuenta que cada una es un ser único e irrepetible.

Es común que algunos eviten mostrarse genuinamente porque siente miedo a ser diferentes, al rechazo o al señalamiento. Sin embargo, ocultar lo que somos conlleva un malestar mayor.

Vale la pena correr el riesgo y mostrarnos auténticos. Si en el proceso sientes que no perteneces, busca otros compañeros o ambientes.

Siempre está en nuestras manos.

Para dejar de sentirse fuera de lugar es esencial que pongamos la lupa sobre nosotros mismos y las circunstancias. Es importante que seamos conscientes de cómo se presenta el malestar, qué lo causa y qué soluciones son las más adecuadas. Ten en cuenta que mejorar la situación depende en gran medida de nosotros.



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