Yoga del cuerpo ilusorio.
Actualmente
vivimos en la existencia temporal. Nuestros puntos de vista están siempre
cambiando y nuestras emociones están siempre cambiando. Lo que nos hace felices
en un momento se va al siguiente. Y debido a esto nuestra felicidad es la mayor
causa de nuestro sufrimiento. ¡Pero no tiene por qué ser así! Si podemos
abrirnos paso a través de la ilusión de la existencia temporal, si podemos
reconocer que nada existe de la manera en que creemos y que es sólo una
proyección de nuestro pensamiento, podemos existir infinitamente.
La
práctica de Gyulu nos da las
herramientas para abrirnos paso a través de la ilusión. Con esta enseñanza
aprendemos a quitar las capas de la ilusión de forma que podamos vernos
realmente. Nos volveremos conscientes de cuánto nos vemos afectados por la
emoción y el aferramiento al yo. La mayor fuente de nuestra ilusión es el
concepto de yo. Creemos en la idea de un yo separado y a cada momento actuamos
según esta creencia, lo que generalmente significa que actuamos desde un lugar
de enfado y apego. ¡No hay un yo sólido existente independientemente! Cuando lo
buscamos nos damos cuenta que no podemos encontrarlo. Pero sólo nos damos
cuenta de esto cuando buscamos de verdad.
El
Gyulu es la práctica del cuerpo ilusorio.
Aprendemos a reconocer la ilusión de un «uno» sólido. Aprendemos a reconocer la
ilusión de «tener». Aprendemos a reconocer la ilusión de las emociones
negativas. Así es como aprendemos a ver la verdadera naturaleza de los
fenómenos. Aprendemos a ver con ojos de sabiduría.
Quizá
no nos volvamos completamente libres de la ilusión con esta práctica de Gyulu, pero es seguro que tendremos
menos sufrimiento en nuestra ilusión. Quizá no nos volvamos completamente
libres del dolor, pero, al menos, tendremos menos.
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