Dentro de las múltiples técnicas de relajación orientales, se encuentra la de pintar mándalas, ayuda además a desarrollar la concentración y la creatividad, así que nos puede venir muy bien tener siempre a mano un par de mándalas para trabajar en el aula de los colegios.
Sería Aconsejable esta técnica al comenzar el día como preparación a la jornada de trabajo, permitiendo así aquietar la mente y prepararla para el estudio. Tan solo necesitaríamos unos 15 minutos antes de comenzar las clases.
Sobre los mándalas, podemos decir que favorecen la atención y potencian la concentración. Al colorear atentamente, los niños suelen centrarse, mostrarse más calmados y serenos. La actividad es útil también porque nos ofrece a todos la posibilidad de relajarnos a un nivel más profundo.
Lo cual es muy valioso especialmente en nuestra cultura occidental que es más extrovertida que la oriental. En el caso de los niños el ingreso al mundo mágico es más sencillo; sin embargo, podemos a través de los mándalas, favorecer la estimulación del hemisferio cerebral derecho donde rige la creatividad y la intuición. Por medio de estos dibujos, nos dirigimos a este centro integrador y promovemos a su vez el equilibrio y la armonía interior. Los mándalas geométricos favorecen además la comunicación entre ambos hemisferios. En el aula se transforman en un recurso útil para la relajación y la creatividad favoreciendo la autonomía del niño.
Los mándalas pueden convertirse en una herramienta de trabajo personal para nosotros y una riqueza para el desarrollo armónico de los niños.
Es importante dejar escoger al niño o niña su propio mándala, el que les resulte más atractivo. Parece comprobado que los niños más inquietos y con mayores problemas de concentración escogerán los que necesitan más minuciosidad a la hora de ser coloreados. En cambio, aquellos más tranquilos y con facilidad en centrar la atención suelen elegir los que necesitan una elaboración más sencilla.
Así, inconscientemente, cada uno (sea niño o sea adulto) buscaremos el que mejor nos facilite la tarea y nos haga encontrar nuestro equilibrio interior: aquellos que más se dispersen, habrán de concentrarse más para colorearlo, y lo harán sin darse cuenta. Aquellos que suelen poner más atención en las cosas, se relajarán y adoptarán una actitud más ligera para completar sus mándalas.
Por supuesto, también han de tener plena libertad a la hora de escoger los colores y disponer de opciones variadas. Un mismo mándala puede dar como resultado figuras que den impresiones muy diferentes según los colores con los que se rellenen, incluso según el estado anímico del momento los colores elegidos variarán.
Así, inconscientemente, cada uno (sea niño o sea adulto) buscaremos el que mejor nos facilite la tarea y nos haga encontrar nuestro equilibrio interior: aquellos que más se dispersen, habrán de concentrarse más para colorearlo, y lo harán sin darse cuenta. Aquellos que suelen poner más atención en las cosas, se relajarán y adoptarán una actitud más ligera para completar sus mándalas.
Por supuesto, también han de tener plena libertad a la hora de escoger los colores y disponer de opciones variadas. Un mismo mándala puede dar como resultado figuras que den impresiones muy diferentes según los colores con los que se rellenen, incluso según el estado anímico del momento los colores elegidos variarán.
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