ཨོཾ་མ་ཎི་པ་དྨེ་ཧཱུྃ།

lunes, 18 de diciembre de 2017

El Vaticano anima a católicos y budistas a “recorrer juntos el camino de la no-violencia”




El Vaticano ha publicado una carta abierta en la que pide a católicos y budistas trabajar juntos para fomentar “una cultura de paz y no violencia”.
La carta, publicada por el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, lleva por título “Cristianos y budistas: Caminando juntos por el camino de la no violencia” y está firmada por sus dos máximos responsables, el cardenal Jean Louis Tauran y el obispo Miguel Ángel Ayuso.
“Jesucristo y el Buda fueron promotores de la no violencia y hombres de paz. A pesar de estas nobles enseñanzas, muchas de nuestras sociedades lidian con el impacto de pasadas y presentes heridas, causadas por la violencia y los conflictos”.
La carta cita el Dhammapada, explicando cómo el Buda animó a sus discípulos a “superar al enfadado con ausencia de enfado; superar al enloquecido con bondad; superar al miserable con generosidad; superar al mentiroso con verdad”, y finaliza dando un repaso a las muchas áreas en las que budistas y católicos pueden trabajar juntos para promover la no-violencia:
“Aunque reconocemos que ambas religiones son únicas, algo a lo que debemos nuestro compromiso, estamos de acuerdo en que la violencia surge del corazón humano, y que los demonios personales dan lugar a demonios estructurales. Por tanto, ambos estamos llamados a practicar un proyecto en común: Estudiar las causas de la violencia, enseñar a nuestros respectivos seguidores a combatir el mal que surge en sus propios corazones; a liberar del mal tanto a víctimas como a perpetradores de la violencia; a arrojar luz sobre ese mal y retar a quienes fomentan la violencia; a transformar los corazones y las mentes de todos, especialmente de los niños, para amar y vivir en paz con todos y con el entorno;

A enseñar que no hay paz sin justicia, ni auténtica justicia sin perdón; a invitar a todos a trabajar juntos en prevenir conflictos y reconstruir las sociedades rotas; a rogar a los medios de comunicación a evitar y combatir el lenguaje del odio, así como las informaciones sesgadas y provocadoras; a promover reformas educativas que prevengan la distorsión y la malinterpretación de la historia y de las escrituras; y a rezar por la paz en el mundo al tiempo que recorremos juntos el camino de la no violencia”.

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